Muchas luciérnagas mueren en la oscuridad. La noche atrapa, como si de un agujero negro se tratara, la energía de esos astros y se vuelve más sombría, más noche.

 

No se puede liberar lo que ha sido tragado por la noche, a menos que una luciérnaga abra las gargantas y se despierten los dormidos. ¿Misión? “Ser libertadores de la expresión y el conocimiento”.  Nuestra deuda. El grito.

 

      Conjuro áureo.

 

Llave de un universo que, a través de la palabra, de la expresión, del grito cadencioso, abre elegantemente un cofre. La unión de diminutos seres se ve desde lejos como una figura con cuerpo de estrella –nunca fueron diminutos. Una luz se descubre conforme se alza la pesada tapa. Mil luciérnagas escondidas crearon magia inefable: millones de estrellas; las han sacado de nadie sabe dónde. Libertad.

 

Grito.

 

                Y callo.

 

                              Vuelvo a gritar.

 

La condición de juventud se opone a la perenne intención de querer ser viejo.

 

      Una luciérnaga grita.

 

La oigo, pero no la veo. Quiero atraparla, tenerla entre mis manos, y mostrarla al mundo.

 

Un milagro está en el cofre, sometido al tiempo. Espera. Hemos creado un mundo de cofres cerrados: universo de estrellas escondidas, luciérnagas mudas. Sumisión ante quien vence estando vencido.

 

Sobre que encierra otro sobre: secreto.

 

Figuras acabadas que oprimen el ánimo y el coraje de la rebeldía, mordaz, guerrera,

 

Si en verdad nos toca ser “libertadores”, debemos abrirnos y acoger todas las expresiones –a pesar de, e incluso contra quienes intenten impedirlo. La única arma, el trabajo, que con el ímpetu de los nuevos aires, se ve impulsado por el amor fraternal, sublimado en pasión,  capaz de abrir todos los sobres enjaulados.

 

Esta edición será el comienzo, después de un periodo de silencio, de una nueva época. Hemos intentado rescatar trabajos pasados, por lo que,     seguramente, habrá publicaciones de algunos hermanos ex – ajefistas; sin embargo, también hay trabajos de hermanos nuevos. Las corrientes confluyen hacia el futuro.

 

La presente semilla brillará por la creación; se verá cultivada por la fraternidad. El ruido de la discordia será acallado por la música de la expresión.

 

Escapará el secreto, se romperá el papel lánguido y envejecido que lo asfixia. Una llave quemará la madera que lo cubre. La libertad brillará. Se habrán cultivado rosas en lugar de cardos. La juventud será joven